Una vez me caí al mar.
Un remolino me llevó hasta el fondo y vi
en esa honda faja del planeta
peces con espadas blancas
peleando contra terribles espectros
de color petróleo.
Un barco hundido era óxido
y tóxicos eran los hombres
que salían de él.
Volví a la superficie en menos de un minuto.