La larga cicatriz
que nos atraviesa el ojo izquierdo
es la lengua de la víbora que hirió
a nuestro hijo en la cuna.
Mientras dormíamos.
Cuando era precaria la casa
en medio de la selva.
Y éramos salvajes cortando leña
en aserraderos clandestinos.
(Igual llegaron a
nosotros
y nos abrieron el
vientre
con la misma hoz
de nuestras banderas)
de nuestras banderas)
La larga cicatriz
es una geografía
que todos llevamos.
Como un tatuaje
con el que se nace.
“La marca de una bandera quemada”
según los poetas jóvenes.