Una soledad transparente es el pensamiento
pero trasluce colores perfectos y siempre hijos,
plegarias nuevas pero viejas, como una película
que va modernizando su versión original
a través de los años.
Ahora
un rebrote de luces lejanas
sobre la cúpula de Playa Ancha
llena el horizonte de cuchillas levantadas
manejando un perfil insolente
de tostada amanecida.
La misma cinta vieja de Playa Ancha,
recorrida hasta el cansancio, piedra por piedra,
hasta quedar listos para entrar y ser espíritus.
Habitar en todas las casas
y aparecer en todos los vientos.
Floresta eterna, en los faldeos del océano.