El sordo silencio del mar
enfrentando la noche de sus esqueletos
el sube y baja de la espuma por el roquerío
mientras el pez se multiplica
y asegura alimento para miles de bocas
en cientos de pueblos a la redonda
El sordo silencio del mar
trabaja para nosotros
se hace carne su angustia
y vida su muerte
y aquí es donde se hace luz el ojo del pez
que dejó su escama en nuestro plato
Un brillo en la mirada
una suavidad eternamente inconclusa
como deriva de todas las épocas