Salen de mi boca humos negros
las
víboras acechan mi carne
como
escualos que no dan tregua
me
cuesta tanta sangre la poesía
que
prefiero descuerar flores
de
una mirada directo a su corazón
una
cicatriz sola como la marca antigua
de
mi periferia desnuda y amígdala
el
humo negro es la versión jamás definitiva de mi ocaso
estoy
en el territorio ancestral que me tocó
ahí
donde habitan los espíritus de mis sueños
y
se posan suavemente las melodías infinitas
que
aprendí amándolos
a todos ustedes