Me
despierto a oscuras
en una habitación extraña.
Hay una voz en el techo
con un mensaje para mí.
Repite una y otra vez
la misma ausencia de palabras,
el sonido que el amor hace
cuando alcanza la tierra,
metido a la fuerza en un cuerpo,
acorralado. Arriba hay una
mujeren una habitación extraña.
Hay una voz en el techo
con un mensaje para mí.
Repite una y otra vez
la misma ausencia de palabras,
el sonido que el amor hace
cuando alcanza la tierra,
metido a la fuerza en un cuerpo,
sin cara y con un animal
desconocido que tiembla dentro de ella.
Enseña los dientes y solloza;
la voz susurra a través de las paredes y el suelo;
ahora está suelta, libre y corriendo
cuesta abajo hacia el mar, como agua.
Examina el aire alrededor y encuentra
espacio. Al final,
me penetra y se vuelve mía.
Margaret Atwood
Poéticas del Cuerpo