“Con este poemario estoy
cerrando una etapa muy importante en mi experiencia poética. Es un período
marcado por la partida de familiares cercanos que de cierta forma, orientaron mi
interés por la literatura y especialmente por la poesía. Tanto Periferia como
Caraja, mis anteriores trabajos, tienen el elemento común de la historia
ancestral, de los antepasados como figuras de enseñanza y valor, quizás no
tanto como ejemplos de persona pues todos tenemos defectos, pero sí como
iluminadores de un camino, de una forma de encarar la vida. Nueva Residencia es
el canto final, el último guiño a la materia que se transformó en polvo, una
elegía donde me despido definitivamente de mis muertos tras experimentar
poéticamente su presencia en los elementos de la naturaleza, en los jardines,
en las abejas y las mariposas, en los caminos de las flores y en la vieja aldea
cuyos campesinos siguen trabajando la tierra “con los mismos gestos de hace un
siglo”, a decir de Teillier. Justamente, son esos preciados ingredientes que
componen el maravilloso concepto de lo lárico, la poesía de los lares, de la
frontera, los que componen esta Nueva Residencia, que si bien es un adiós, al
mismo tiempo es un hasta siempre, porque pase lo que pase, siempre a nuestro
lado estará la tierra, el aroma de sus jardines y la belleza del vuelo como metáfora
de alimento y expansión”.
Absalón Opazo, Buenos Aires, Noviembre 2012.-