Baila, baila y juega,
ama y siente el árbol
bajo tu piel.
Tus arterias son ríos,
tus huesos calcio de estrellas.
El universo habita en tu mirada.
¡Y tu baile recuerda
el nacimiento del cosmos!
Sonríe, habita esa sonrisa.
La tierra como una gran casa,
plagada de palabras escondidas.
En ti, el mundo aún es
el juego del árbol, su sombra,
su altura.