Poema de M. Eugenia Navia
Un dolor ancestral
atraviesa tu cuerpo,
imaginas la muerte,
disminuye tu espacio.
Te acorrala y se yergue
con mirada de acero,
transfigura tus sueños
y te seca la boca.
Nublado el pensamiento
te has hundido en un oscuro
pozo, no hay agua, ni polen
ni semillas, ni claridad del día.
Inmóvil, sofocado te ha cogido
en sus manos y lentamente
en sombras empiezas a caer.
*Extraído de la antología "Los poetas y el general" de Eva Goldschmidt.