Es la posibilidad del individuo de expresarse autónomamente de la estructura social pero, también, la posibilidad de cuestionar y transformar aquellas estructuras de coacción, no sólo por parte de los individuos, sino que también por parte de colectivos sociales, pues la libertad y la ausencia de ésta – está asociada al poder. Es decir, la libertad nunca es general ni abstracta: es concreta e histórica. Una cosa es el concepto y otra muy distinta su materialización en derechos, prácticas sociales e instituciones que la salvaguarden.
Por Tito
Texto publicado en la Revista Cavila Nº22