Cornelio Saavedra se llamó el hombre
llegó quemando rucas y robando animales
resistió la tierra lanceando diligencias, carruajes,
cayendo con el pecho abierto sangrante en medio del campo
52 impactos de fusil le encontraron a Lepunao
y la cabeza de Arauco empezó a dormirse en la cordillera
1869 fue el año
y de ahí en adelante su sangre se derramó en tu bandera, chileno
hasta la cordillera llegaron a buscarlos, chileno
con fusiles y granadas, chileno, robando los animales, chileno
haciendo pueblos y despojando tierras, chileno
trayendo alemanes y franceses a trabajar la tierra, chileno
1869 fue el año
en que la tierra se perdió para siempre
en que la patria deshonesta envenena a su raíz
y en Santiago los odian por practicar la poligamia
y el Mercurio en Valparaíso exige exterminar a los bárbaros
sin dios ni ley ni civilización,
esos salvajes llamados indios araucanos,
mapuches.
Fuerza brava
músculo guerrero, libertario,
hoy vuelves a bajar de la cordillera
manchado de rojo, poblado de azul,
y en un poema llega Quilapán,
hablando desde las cárceles húmedas,
cerrando la boca, comiendo historia,
con los labios triturados de acusaciones,
con los ojos clavados en el sur, atentos,
atentos, hacia los amados espíritus de Quechereguas
hacia los agudos dolores de Collipulli
hacia la amarga venganza del saqueo a Imperial
hacia el oscuro desastre del Ñielol
hacia el actual estado de derecho y su constitución de penurias
que te condena con racismo, con alevosía,
haciéndote callar y subiendo el volumen de la tele y su show,
pariendo mutantes autómatas en este bicentenagrio que no celebramos
porque está lleno de sangre, tan lleno de sangre está,
que ya llenó la mitad de tu bandera, chileno.
Ahora siéntate a la mesa y mira a tu hijo a los ojos.
¿Qué hiciste en Arauco, chileno?
Septiembre 2010
***
Retrato del cacique Quilapán, último gran toqui de Arauco
1866
Pintura anónima perteneciente a una colección privada en Buenos Aires, Argentina
(...)