
Hace años, las reuniones eran de veras de acción católica. Desde hace tres o cuatro son otra cosa. Algo dice el cura Rodríguez de que hay que cuidar la pureza y cosas así, y cita una frase de una epístola; pero la mayor parte del tiempo, todo el tiempo, nos llevamos leseando entre nosotros y, a veces, con él. Confieso que no me gusta mucho el Padre Rodríguez, y yo le caigo bastante mal. Como las revistas Life y otras con fotografías (hay revistas en inglés donde la propaganda de cigarros tiene retratos o dibujos de mujeres en trajebaños – se les ve todo, y hasta un pequeño montículo tan agradable de mirar, que se llama, recordemos las clases de biología, Monte de Venus), ya las hemos visto varias veces y este jueves el cura Rodríguez no ha renovado su provisión de mujeres en trajebaños mojados dentro de revistas en colores inglesas en papel brillante, terminamos peleando a empujones con Jorge Concha. Le di un buen empujón y fue girando como trompo a dar con la cabeza en el filo del escritorio de madera pesada del Padre Rodríguez y se paró medio mareado Jorge Concha; yo, que estaba con rabia porque él me atacó a traición, me puse a mirar el cuadro horrible en blanco y negro con el milagro de Moisés pasando por el Mar Rojo; es un grabado pero el marco es ancho y con volutas como si en vez de litografía se tratara de una pintura; oí a la perfección que el cura le decía a Concha (creo que le dijo fuerte para que yo lo escuchara): “Pégale ahora, no te dejes empujar así, aprovecha”. Me di media vuelta y lo miré con vergüenza, vergüenza por él, y Concha no se atrevió a hacerme nada porque cuando estoy con rabia estoy con rabia.
¿Qué significa esto de tener mucho cuidado en los corredores del Seminario?
Ruiz-Tagle me contesta: “Es que hay curas que llaman a los niños a sus piezas y les hablan de Jesucristo y después no los dejan salir. El año pasado hubo un escándalo”.
Pero no puedo entender por qué el cura Rodríguez les ha dicho esto a algunos no más y a otros – es mi caso – no.

*Texto de Armando Uribe, extraído del libro “Caballeros de Chile”, año 1974.-
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