Ahora la aldea ya es ceniza
y en el alfabeto de la derrota
aprendemos a escribir poesía
con ojos semejando uvas grises
dormidos entre viñedos vírgenes
Nuestra reflexión va más allá
de la ciudad y su caparazón gastado
el reflejo del espejo no sirve
para entender el cuerpo y su pellejo
quizás las aves puedan explicar el ciclo
Tomamos de la uva la eternidad
hacemos crecer los días pasados
y renace en nuestra piel
la piel de nuestros abuelos
Los perros ladran a lo lejos
La luna hace el amor bajo la parra
Nosotros
nos preparamos para mañana
***
Siento el trago de vino
como sentía tu mano
cuando me acariciabas
con maternal instinto
eran tus manos también
las manos de la tierra
como las manos del vino
y en la mar yo no encontré nunca
tu rostro dibujado en las olas
siempre fuiste tierra dura
rocosa
de valle
ancha extremadura de sol
delicada emancipación
de montes cordilleranos
La geografía de tu vida
es como mi país perdido
la tierra de la que estoy exiliado
Me duele la lejanía
como la más triste melodía de violines
como la más terrible muerte
de un río cargado de peces
*Extraído de "Santiago"
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