Estaré sentado frente al mar
de espaldas a la ciudad
repartiendo mi mirada
hasta los confines de los confines
buscando los nombres
de mis antepasados
para que nadie sienta
que no es recordado.
El fuego de la familia
debo cuidar.
Lo dije yo mismo
como un mantra
en un sueño que tuve
a los diez años de edad.