Universo agrícola y poemario
peones volviendo del húmedo octubre
siete de la tarde
después de un temporal
sin viento
sólo lluvia
mucha lluvia
el agua reina esparcida en los techos
en las norias y las acequias
Algunas ramas duermen en el suelo
Las aves ya no tienen miedo
Un desconocido podría silbar en el bosque
Y no duerme su estatura no estatua
no estática no biblia
y con el beso inicial de la luna
que llega corriendo a los brazos del poeta
queda dando vueltas el estado salvaje
del campo chileno
ese de silencios y parras crecidas
entre las iglesias del hombre
Qué saben las iglesias del hombre
Qué saben los hombres
de caminos
Qué saben los caminos
de guitarras
(Estación fría
la cara se enciende
con un cigarrillo)
Se puede ver su sombra
todavía por ahí la sombra
la sombra la sombra
bebiendo tranquilamente
como si nada hubiera pasado
O es la mañana su sonrisa