11 de enero de 2008

Litoral

Me levanté y tú estabas ahí
mirando el mar
rompiendo almejas
bebiendo licores de dudosa procedencia
sobre una roca que parecía un templo
y tú una santa pagana llena de sol

La playa era estrecha como la carpa
mi voz raspaba la arena como el viento
los restos de la fogata dormían esperando la noche
y tú en tu silencio eras como un vegetal
de esos que crecen solos frente al mar
como un tesoro ofrenda que se ofrece pequeño

Me levanté y tú estabas ahí
a tu lado este poema era una poza de mar
dejada por la marea y su cópula de noche
ahora el momento el instante tu vida
queda latiendo como un ejercicio de olas
entre gaviotas y almejas quebradas