Tengo grandes sueños que acumulan tesoros en las raíces de los árboles
Tengo ese oficio que hace morir al mar
Voy andando en semejanza de cosa alada
A veces canto porque las lágrimas se hacen demasiado gruesas
El universo viene a picotear en mis manos
Los que no saben lo espantan torpemente
Tengo grandes ansias y vergüenza de todo
Como una hora que se detiene a pedir pan
Como aquel que no puede decir lo que quiere
Enterrado al fondo de su raza
Contemplo de tan alto que todo se hace aire
Contemplo el ojo enorme de la tierra
Qué hacer qué hacer
La luna insomne pasa dulcemente
Un río sin voluntad se extasía en silencio
La luz empapada en sus faroles de puertos angustiados
No sabe tampoco qué decir
Ni el faro que ilumina la vitrinas del mar
El río tiene pena
Y una tal cantidad de ojos extasiados
Que la noche podría equivocarse
Que los árboles podrían hacerse vagabundos
Luego todo se va
Y yo miro la tierra y sus distancias desesperadas
Cuando las olas se hablan entre sí
No hay formas no hay colores
No hay seres al fin en esta luz sin luz
Desaparece la creación y sus augurios
Sus pensamientos sus sensaciones y también sus imágenes
Y hasta sus sueños de substancias prisioneras
La nada luminosa
Ni luminosa ni oscura
La armonía de la nada sin armonía
La nada y el todo sin todo
Para ver esto hay que resucitar dos veces
Para sentirlo hay que morir primero
*Poema de Vicente Huidobro, publicado en el libro "El ciudadano del olvido", del año 1941.