15 de febrero de 2012

Tres preguntas a Huidobro: García Lorca, Neruda y España

¿Qué piensa de García Lorca?
"Que es un poeta muy mediocre. Para mí no tiene ningún interés. En general los poetas españoles carecen de imaginación y de inteligencia poética. La literatura española está aplastada por la retórica, esa terrible retórica del Mediterráneo, mantiene ahogados bajo su lápida a todos los escritores de España, de Italia y muchos de Francia. Bueno, en realidad Italia no tiene escritores, sino escribanos, como el imbécil del tal Petigrilli, el tonto furibundo de Marinetti y el tonto estético de D'Annunzio, con su cortejo de frases con miriñaques y criolinas. Es increíble en el país del Dante, de su genio cósmico, asombroso, que cada día me parece más admirable. Lo mismo sucede en España. ¿Cómo es posible que el magnífico impulso dado por los grandes poetas del Siglo de Oro no haya tenido continuidad? ¿Qué se hizo el genio español? Esto ha sido siempre para mí un motivo de misterio y de miles de conjeturas. Seguramente el descubrimiento de América desvió la imaginación española hacia la aventura vital de los exploradores y conquistadores, y la alejó de toda aventura intelectual; el español puso su acento en otra clase de conquistas que las espirituales. Y luego la retórica, la terrible retórica mediterránea, es como una lápida sobre el corazón, como un casco apretando los sesos; una verdadera armadura de hierro. Fíjese usted que todos los españoles de hoy escriben con un tono engolado, que parece salido de otros siglos, en un estilo tieso, rígido, con carrasperas de fantasmas y frío, de catedrales o humedad de cementerios. Escribir bien para un español es escribir como se escribía antes. Por eso la literatura española tiene tan poca vida. No han producido nada en una cantidad de ramas y subramas de las letras. No tienen un solo gran dramaturgo, ni un novelista de primer plano, ni un psicólogo, ni un gran pensador. No hay en España un Dostoievsky, ni un Gogol, ni un Tolstói, ni un Standhal, ni un Balzac, ni siquiera un Proust, ni un Meredith, ni un Goethe, ni un Holderlin, ni un Nietszche, para no nombrar sino autores de todos conocidos. Lo mejor que ha tenido la literatura española en los últimos tiempos es, acaso, Valle Inclán, a pesar de su voz engolada. No hubo en España un Victor Hugo, un Musset, un Baudelaire, un Rimbaud, un Lautreamont, un Mallarmé, ni nada comparable. Mientras Inglaterra poseía un Byron, un Shelley, un Black, España no tenía sino un Zorrilla, un Esprocenda, un Núñez de Arce, o novelistas como el señor Pereda, que todavía se atreven a editar los editores hispanos. Frente a esas montañas, unos tres o cuatro melones huecos. Desde el Siglo de Oro, las letras españolas son un desierto intelectual hasta Ruben Darío. Ésta es la verdad, la muy triste verdad".

¿Qué piensa de Pablo Neruda?
"¿Con qué intención me hace usted esta pregunta? ¿Es forzoso bajar de plano y hablar de cosas mediocres? Usted sabe que no me agrada lo calugoso, lo gelatinoso. Yo no tengo alma de sobrina de jefe de estación. Estoy a tantas leguas de todo eso".

¿Cree usted que esa poesía que usted llama gelatinosa puede hacer escuela en América?
"Es posible, pero sólo entre los mediocres. Es una poesía fácil, bobalicona, al alcance de cualquier plumífero. Es, como dice un amigo mío, la poesía especial para todas las tontas de América".


Fragmento de entrevista a Huidobro en el diario La Nación, 1939.