23 de agosto de 2019

Víspera #42


Bajo el ciruelo
la siesta eterna.

Un mausoleo
sobrio y pobre
como muestra
de cariño.

Pobre pero
rodeado de poesía
& hojas secas.

Ya emergen en su vuelo
las primeras golondrinas.

El hondo aliento del polo
empieza a retirarse.

Las últimas semillas
terminan de germinar.

Justo ahí
una suave flor
surge entre las piedras.

A coronar el descanso.

Un gesto felino
para la naciente primavera.

Con la calma aborigen
de los primeros días.

Gesto ritual del amor
lavando la loza del tiempo
bajo la blanca sombra
del ciruelo.

El de la siesta eterna.