24 de noviembre de 2017

Cerro Cárcel


Gatos que se trizan
mientras escapan

un aullido lejano
es la textura
de este poema

una queja insomne
el gato del siglo
que habita en todas las casas
que rondan mi memoria

casas que se vinieron todas abajo
con tanto terremoto

23 de noviembre de 2017

Avenida Elías - toma 2


Abrir la ventana
con la avenida Elías vibrando dulcemente
en los pájaros que proyectan su fragilidad
como las hojas la nuestra
en los poemas que de verdad trinan
y se proyectan cuando se abre la ventana
y afuera está la avenida Elías

Un carromato o un esqueleto
o el parpadeo de un gato
que ya no tiene ganas de nada

Adoquines un estero
y mi corazón subiendo en picada
hacia la mazmorra del universo

Una calle sin salida
como metáfora subliminal
de la vida no salvaje

Pedazos de mi cuerpo
esparcidos en el aire
al comienzo de avenida Elías

Más arriba del ascensor

Más allá de la certidumbre


18 de noviembre de 2017

Vibración


Una cuerda invisible
como la respiración
de tu espíritu
derramado
en estas páginas.

El delirio del viento
en la comunidad
de las hojas, únicas
banderas ciertas
que posee la
humanidad.

Ahí el mensaje:
la vibración que
abre los días
con la delicadeza
de una semilla
germinando en
pelitos.

Ahí la dorada herencia
de los otoños y el silencio,
la abundancia del campo
antes de la herramienta
y su puño.

Un lenguaje de cristal
es el poema embalsamado
en tus huesos.

La hora última de la tierra viva,
el eterno balbuceo del hombre.

17 de noviembre de 2017

“En cualquier lugar donde se esté cometiendo una injusticia el hombre debe interponer su palabra”


Reproducimos a continuación una entrevista con el poeta argentino Carlos Gallegos, realizada por la revista Literatosis de Rosario, Argentina. Gallegos ha sido publicado en Chile por Ediciones Colectivas Periféricas, con las plaquettes “Dios me dio la bendición de ser ateo” y “Animales sueltos”. También, en febrero de 2015, participó del encuentro de escritores Letras en la Arena de caleta Horcón, donde presentó el trabajo de su editorial, Árbol Animal.  

-¿Cómo surge tu relación con la poesía o cuándo empezás a escribir poesía?

Resp: Mi relación con la poesía empieza desde muy pequeñito, no con la literatura, sino con lo poético. Mi madre era analfabeta por injusticia, ya que nunca tuvo la oportunidad de asistir a una escuela, dado que se crió siendo mano de obra esclava hasta sus 21 años. Sin embargo, fue ella quien me enseñó a ver lo poético de la vida. Ella que nunca tuvo la oportunidad de leer un libro, leía de manera sumamente personal la vida. Con ella aprendí a amar a los animales, a sentir empatía con ellos, a comprender la naturaleza de las plantas, su belleza. A amar un patio lleno de sol en el fondo de una casa de barrio y a sentir y saber que ese patio también era el mundo. Para mi madre la vida era una enorme fiesta y en esa fiesta estábamos todos. Ella lo sabía. Y sabía también de forma natural que cualquier afrenta a esa fiesta era una injusticia y así nos lo decía. La poesía llegó luego. Cuando tenía 12 años, la maestra de “lenguaje” leyendo una descripción que hice sobre una lámina con campo y vacas,  me dijo: Carlos, vos tenés que ser escritor, escribís hermoso, y yo le creí. Desde esa edad escribí casi sistemáticamente cada día  hasta mis 40 años. Hay que tener cuidado, evidentemente, con lo que se le dice a un niño. ¡¡¡Jaja!!!

-¿Cómo fue el proceso de escritura de Hospital Psiquiátrico?

Hospital Psiquiátrico es mi tercer libro en teoría, en medio hay miles de poemas escritos, tirados y/o perdidos. Es el segundo de un libro doble, se podría decir, ya que lo escribo como continuidad de Hospital Público, libro (casi fotográfico) escrito en su totalidad en la cama de un hospital tras un accidente de tránsito. Los poemas de Hospital Psiquiátrico tienen la misma característica que los de Hospital Público, que es la de ser escritos en el lugar de los hechos y casi fotográficamente. Se podría decir que estos dos libros son de algún modo mis dos primeros trabajos como documentalista. A su vez son los dos primeros libros donde escribo sin la intención de ser poeta o escritor. Ya venía peleado con algo que venía sintiendo desde hacía un tiempito, y que era que uno no puede escribir por una intención y mucho menos por una pretensión. Que la escritura debía ser producto de una experiencia vivida, de un compromiso, de una necesidad vital, no la obra estética de la pretensión de ser tal o cual cosa. Por ello en estos dos libros abandono cualquier preocupación estética y dejo que el poema cree su aire. Alguna vez había leído en palabras del maestro Jacobo Fijman que el arte debía volver a ser un acto de sinceridad. Hospital Psiquiátrico es en cierta manera la voz de los que no la tenían en ese momento, su carta al mundo, su verdad. Yo sólo un recopilador, un voyerista con el ojo por cámara.   

-¿Nos hablarías un poco de las personas que aparecen en el poemario? ¿Sus nombres son reales o ficticios?

Resp: Todas las personas y situaciones que aparecen en el libro son extremadamente reales, no así los poemas. Los nombres son nombres comunes, no sus nombres sino los de todos, y esto es justamente para que entendamos que la locura está en todos los nombres, en cualquiera, en los más simples o en los más exóticos. La locura está en nuestra sociedad, existe y se manifiesta como la vida misma, indistintamente. No hay nada especial ni dramático en un brote psicótico sino elementos, factores que se juntaron para esa situación y ese momento. Hay que quitarle dramatismo a esta palabra, aprender a vivirla sin culpas. Pero voy a intentar explicar esto primero de lo real e irreal desde mi costado de fotógrafo. Digo que el poema es lo único irreal en ese contexto por lo siguiente: así como una fotografía de la guerra no es la guerra aunque en ella esté presente, aunque en ella se perciba  su horror. Dado que esa fotografía (digo esto desde una sensación sumamente personal) es sólo una apática, insuficiente y neutralizada mirada de ese horror a pesar de que en ella la guerra esté y lastime. Lo mismo sucede con estos poemas, son una anestesiada, una ajena mirada de este espacio/tiempo. Son una marca en la pared, una frase escrita en el tiempo que discurre, un llanto que estalla repentinamente o una moneda que cae una y otra vez, por horas, en un teléfono que llama al afuera y al que nadie atiende.Estos poemas son apenas un aproximarse a esas sensibilidades a flor de piel que recorren el patio de un extremo al otro del tiempo, de un extremo al otro de un espacio/tiempo, de un silencio enorme. Estos poemas son apenas una de esas fotografías, una impresión sobre un soporte sensible, sólo eso.Lo otro está allí adentro y solo allí es perceptible.

-El silencio es algo que atraviesa todo el poemario; tanto la palabra “silencio” como el silencio mismo, es decir, aquello que no  se dice pero que bulle debajo de cada poema y uno intuye que eso que no se nombra es lo esencial de cada verso. En el poema XXVII, incluso, hablás de la forma del silencio; “(…) será cierto que el silencio/ tendrá la misma forma/ adentro que afuera”. Nos interesa saber la relación Palabra - Silencio en tu obra.

Resp: No me había percatado del uso reiterado de este elemento a decir verdad. Pero creo que nombro como silencio a ese estar anonadado frente a algo que sucede y que no se tiene cómo explicar. Vi un deambular constante y ensimismado en un profundo silencio en muchos de los que allí estaban y que creo que tenía que ver con la desconexión de ese otro gran silencio impuesto al que estamos conectados el resto de la sociedad  y ni siquiera percibimos. A ese hecho de ahora estar sólo frente a algo inmenso, terriblemente sensorial y estar solo, desnudo y sin manos. Imagino ahora ese gran patio, ese lugar llenos de cuerpos, de pies que se arrastran en un ir y venir sin rumbo ni tiempo y me imagino eso, un enorme silencio que tiene más la forma de una pregunta, que la de una certeza o una respuesta. Todo estaba atravesado ahí por un silencio propio y ajeno, aún el grito.
Vidrios de plástico, cuartos sin ventanas, correas para sujetar (de ser preciso) a una cama, pastillas, inyecciones, múltiples formas del silencio. 

-En cuanto a lxs escritorxs que más te han influenciado, ¿quiénes son? o ¿dentro de qué línea de escritorxs te ubicarías?

Resp: Empecé a escribir desde muy pequeño como ya conté y en principio solo escribía y leía lo que caía en mis manos. Luego vinieron las lecturas de Poe, y entonces la escritura tomó ese rumbo y ahí estuve un par de años fascinando con esos mundos. Se fueron sumando “escritores fantásticos” (Lovecraft, Bradbury, De Nerval)  que encontrábamos con mis amigos, a quienes había catapultado a la escritura como hobby, en las librerías de la Calle Corrientes. Con los años llegó la poesía y de la mano de uno de mis maestros Jacobo Fijman y su Canto del Cisne. Luego la poesía española de Lorca y su Poeta en Nueva York, Rafael Alberti y su Sobre los ángeles, después Raymond Carver, Bukowski, AnneSexton, Sylvia Plath, Wislawa Szimborska, Anna Ajmatova y tantos/tas otros/as. Nunca me sentí parte de ningún estilo literario ya que no me interesa demasiado eso. Más bien le huyo a ese rótulo y pretensiones. Descreo de los poetas que escriben siempre igual. Siento que la forma estética se la da el tema al poema y no uno.     

-¿Cuáles son tus temas recurrentes u obsesiones a la hora de escribir?

Resp: Creo que hay temas recurrentes en mi poesía, y los hay en mis fotos. Puedo verlos manifestarse. Me involucro con algunas cosas que voy viviendo más que con otras y sobre eso escribo. Recuerdo que alguien me dijo alguna vez que mi “literatura” era muy “Foucaultquiana” ya que siempre hacía referencia a lugares de encierro. Creo que tiene algo de cierto esto. Creo que debemos escribir para poner en evidencia estas situaciones, para visualizar cualquier modo de opresión e injusticia. Creo que como “artistas” y comunicadores  debemos asumir este compromiso.  Escribir sobre lo personal ya quedó muy atrás en mí, ahora creo que la literatura debe ser social, escribir con y para el otro.  Escribir para libertarnos no para atarnos.

-También te dedicás a la fotografía. ¿Cómo nació eso? ¿Cómo se relaciona con tu poesía y viceversa?

Resp: La fotografía es mi gran amor. Lo otro fue siempre noviazgo, jajaja. Descubrí la fotografía también de pequeño, la hederé de mi viejo y de su pequeña camarita compacta. La primera foto que recuerdo debe ser de mis 8 años. Fue en Villa Rosa, Pilar. Habíamos ido a visitar a mi tía paterna y recorriendo el lugar con mis hermanos recuerdo abrir con las manos un tupido cañaveral y allí estaba, como si fuera detrás del telón de un teatro: un hombre junto a un buey y un arado recorrían una enorme parcela de tierra. Todo surgió de golpe ante mis ojos, sin esperarlo y creo que fue esa sorpresa, la magia que de ahí en más se instaló en mis ojos, la que busco repetir en mis fotografías. Creo que eso es todo: la posibilidad que nos da la vida de asombrarnos siempre, aún teniendo cien años. La relación entre mi poesía y mis fotos es siempre la misma, al menos es lo que persigo, la imagen, una imagen que embellezca pero que a un mismo tiempo dé testimonio, que registre para visibilizar y denunciar de ser preciso.

-Además de poeta y fotógrafo, eres editor en Ediciones Árbol Animal. ¿Cuándo empezaste con el proyecto y qué escritores contemporáneos has editado?

Resp: Ediciones ArbolAnimal (así, todo junto) es mi trabajo, es mi lugarcito en el mundo en el cual siendo libre, siendo yo,  puedo ganarme el pan de cada día. Empecé con esto allá por el 2011 como “consecuencia” de haber visto a dos queridas amigas realizar su sueño. Recuerdo que Leti (la poeta Leticia Hernando) trabajaba ocasionalmente como oficinista y lo sufría bastante. Ella quería ser editora, ya era una gran poeta, y un día largó el laburo y le puso todas las fichas a su sueño y lo logró. Hoy tiene junto a su compañera una hermosa editora que se llama La Mariposa y La Iguana. Ahí me picó el bichito a mí (de copión nomás). Por medio de ellas conocí la FLIA (Feria del Libro Independiente y Autogestionado) y poco a poco empecé a editar algunas cosas y participar de la feria. Así nació ArbolAnimal y ya llevo 6 años haciendo esto. Edito poetas noveles y otros no tanto. Pero principalmente la editorial es una editorial de autor. Me interesa la literatura marginal (under) y leyendo y releyendo descubrí a Víctor Hugo Viscarra (Bolivia) y a un grupo de escritores (realismo urbano, realismo sucio) que forman parte de algo que se podría definir como los bukowskis altiplánicos, entre los que se destacan Julio Ramón Ribeyro, Oswaldo Reynoso, Sergio Galarza (Perú), Cristóbal Gaete (Chile), y hoy por hoy me encuentro editando este tipo de literatura mucho más cercana a lo social, que es en cierto modo con lo que me siento identificado.

-Si tuvieras que hacer una antología literaria a futuro, como una apuesta a futuros lectores ¿Qué autorxs incluirías en dicha antología?

Resp: Editaría autores que tengan un compromiso social, que escriban sobre lo que les pasa y sobre lo que nos sucede como sociedad, que hagan una obra que no tenga como única intención su propio ego. Escritores que cuando mínimo escriban desde su barrio, desde su experiencia, pero no por pura intención de ser escritores. Tengo editados algunos libros de amigos que me cedieron la posibilidad de publicar sus trabajos y que me parece muy dignos de nombrar: Valpore de Cristóbal Gaete, Supermercado Vietnamita  y La Rosa Prisionera de Absalón Opazo, Antro, Misa para señoritas de Amanda Durán, Luna Guerra de Marcelo Silva, El Pulpo de Fabián Leppez, El infierno es un buen lugar de Sergio Galarza, Amongelatina, entre memorias y barricadas de Palomo Arriagada, Ladrillo Escrito de Víctor Cuello, Tierra Viva de Anahí Cao, entre otros.

-¿Estás trabajando en algo nuevo o hay algún proyecto en gestación?

Resp: Desde hace tres años estoy trabajando en un libro muy difícil. Es un libro de poemas y crónicas sobre casos de gatillo fácil, violencia intracarcelaria, represión estatal. Se llamará El hijo del Hombre, los pibes que faltan, pero es un libro que me está costando mucho escribir ya que es una problemática en ascenso y un tema de nunca acabar. El Estado más que nunca necesita sacar sus perros de choque a la calle para mantenernos sumisos, callados y eso se traduce en  represión, tortura y muertes, sobre todo de nuestros pibes pobres y esto está haciendo que  me cueste mucho decidir qué caso incluir y cuál no. Es muy triste lo que nos está pasando como sociedad por mantenernos dormidos, por comprar una falsa comodidad que nos termina matando, que nos deshumaniza.

-¿Si tuvieras que elegir un verso o poemas para cerrar esta entrevista cuál sería?

Resp: En cualquier lugar donde se esté cometiendo una injusticia el hombre debe interponer su palabra. Este es para mí el compromiso que debe asumir toda expresión artística, oponerse a la muerte como un canal de vida avasallante. Ser parte (a su manera) de las luchas heroicas que algunos grupos vienen sosteniendo y copan nuestras calles. Aparición con vida ya de Julio López y todos los compañeros y compañeras desaparecidos/as. Y justicia por Santiago Maldonado.

Publicado en la revista Literatosis / Rosario, Argentina

Vía Revista Cavila

16 de noviembre de 2017

El deber de contradecir al éxito capital

La lectura de los poemas de Offshore tiene que ver con el blanqueo de la injusticia capital que a diario se emite por cadena de radio y televisión, y al cual estamos sometidos por la altisonante magnitud del aparato mediático transnacional. La poesía, en ese sentido, cumple en esta entrega de Julián Axat con su misión de agujerear ese velo nuboso de cotidianeidad manipulada y teledirigida, que nos hace odiar y linchar al pibe que roba un celular o unas zapatillas, y al mismo tiempo votar y elegir a políticos que guardan sus ganancias sin rendir en paraísos fiscales. La impunidad del gran ladrón es una de las grandes tragedias que atraviesa nuestra época, y en ese sentido, Offshore agarra correctamente el pulso de la crítica y propone una re-lectura de los hechos mediante el sentido común que caracteriza la búsqueda de la poesía social, o al menos, de cierta poesía social. 

Anoche soñé
con todos los pibes que defendí en estos años
se acercaban a pedirme que no renuncie
que me quede a abrazarlos una vez más
que los asista les explique la causa de su mal
el origen de los golpes que los traían hacia mí
que escribamos el último poema y que vayamos
de la mano ante el juez de los sueños perdidos

(…)

Las villas no tienen palacios de justicia
tienen capillas & centros de información
enviados policías punteros referentes y servicios infiltrados
las villas no tienen palacios de justicia porque
el poder judicial nunca se embarra
te atiende de saco & corbata tras el mostrador de Talcahuano
y los códices comentados en latín
dicen que las villas no deben tener palacios de justicia

(…)

Estamos ante una entrega cuya lectura estimula la reflexión, la imagen o la intuición sobre lo que nos acecha. Un ejército de funcionarios offshore, cuyo tesoro, cual piratas digitales, reposa brillante y lejano en alguna isla virgen sin problemas sociales. En medio de ese relato, aparecen los pibes defendidos por el autor en su calidad de abogado, habitantes de villas y barrios donde el éxito capital pasa de largo y con él, la justicia, la educación, la salud y tantos otros derechos que se quedan en una lista de espera eterna. Una conclusión posible entonces, sería decir: hay que estar más despiertos. La resistencia de esta poesía, creo, va por ese lado. Es un deber contradecir el éxito capital levantando mediante empresas zombies y ganancias especulativas. Pero también lo es hacernos pensar sobre cómo hemos estado domesticados, agachados, engañados por el bienestar efímero del consumo, olvidándonos que dentro de nosotros late un país que clama ser reconstruido por todos -y para todos-, pensando simplemente en ese viejo sueño de la felicidad como sinónimo de humanidad. Y eso incluye, claro está, al poeta en cuanto a oficio y personaje.

A los 15 años se soñaba cantante de hip-hop pero era
fusilado en un episodio confuso
a los 14 soñaba que lo encerraban en una celda y al
otro día leía el diario que titulaba "joven se suicidó en
comisaría"
a los 13 no soñaba nada y su padre le decía que él sí
soñaba a su edad
a los 12 la pesadilla era un juez con el rostro de rata
que le daba un sermón
a los 11 contaba las ovejas que más tarde carneaba
entre varios de la esquina
a los 10 el sueño repetido era pagar deudas contraídas
por otras generaciones

(…)

En lo personal, nunca olvidaré esa frase que alguien alguna vez dijo sobre la poesía como la “sombra de la memoria”. Pues bien, esta es la nuestra. Esta es nuestra poesía, nuestra sombra y nuestra memoria a la vez. En esa línea, Julián Axat habla por muchos de nosotros.

Vía Revista Cavila

29 de octubre de 2017

Pasaje Arturo Araya Peeters - Cerro Placeres


Los perros lejanos de todos los poemas ladran ahora por unas gárgolas que deambulan en los alrededores del Cementerio 2

mientras

también a lo lejos

la detonación
de un revólver

también a lo lejos

desde un pasaje sin nombre
se ve el mar

también a lo lejos
desde otra memoria
otro perro ladra
frente a la comandancia en jefe

una insolencia intolerable

un anticipo
del nuevo orden

      mas ahora
 
       solamente ahora

la insistencia de un nombre
en el desgaste de la pintura

la persistencia del asesinato
en la señalética diaria

(...)

28 de octubre de 2017

Nicanor Parra leyendo el diario en la Plaza de Armas de Santiago


-1969-

(...) Observad estas manos
y estas mejillas blancas de cadáver
estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
joven, lleno de bellos ideales (...) 

12 de octubre de 2017

Ejercicio #54

Elías 221

   / el tibio sol de su vida
   / el reiterado aviso del rebobine
   / la dulce materialidad de algo que alguna vez
                      fue un niño

Ahora una penumbra es
asoleándose con las sombras
que su mente revive
para tratar de entender
el vacío

   / que seguirá igual de vacío sin ella

sin embargo
la estación de trenes
permanece
en la dirección mencionada
permanece
en la oralidad de su historia
labrada por el viento
permanece
en las telúricas huellas
de la casa desvencijada
específica
con gesto de cáscara antigua que se petrifica
con ella adentro

(continuará)

2 de octubre de 2017

No olvidar: Así nacieron nuestros barrios



Villa Berlín, cerro Placeres. Finales de los años '50.

1 de octubre de 2017

Apagón en 1987


Al caer la tarde desaparecen
todos los horrores que el día
nos arrojó por televisión

El apagón permite una represión
   más selecta pero nosotros
aprovechamos de salir
de la sitiada ciudad

Una carretera oculta
y la sangre palpitando
en cada trago de pisco
que sorbemos
para envalentonarnos

No hay medallas
tras nuestros actos

Sólo lujuria suicida
y algo de ideología

14 de septiembre de 2017

Ex Barrio


Calor amarillo
Dorado enjambre
   de fotografías
Pasos dormidos que a veces
Trastocan en sombras
Cuando cae la tarde
Y la vecina de 140 años
Se levanta
Y vuelve a comprar el pan
En el mismo negocio
De hace siglo y medio

12 de septiembre de 2017

Pintura


Donde otros ven manchas
yo encuentro un ojo
voces y temblores mirando
desde colores agrietados
pero felices, ausentes de mí;

existo.

Las manchas en mi piel
flotan a mi alrededor
como sombras inertes;

una bala nace en mi pecho.

Es el sonido triste
de una efeméride
que nadie recuerda;

existo.

Donde otros ven manchas
yo encuentro un ojo
una casa partida en dos
conmigo adentro
- la pintura de mis labios
lamiendo la muralla-
;

existo.

Aterrado o belleza, dulce
certeza de la nada
cayendo sobre mis ojos;
un cálido día de aromas
con flores extinguidas
apareciendo en la punta
de los dedos;

existo.

2 de septiembre de 2017

Trole por avenida España y al fondo: Caleta Abarca


Cuándo fuiste caleta
dónde tus botes y tus redes
el fósil humano cosiéndose los labios 
en el despunte de la nueva poesía

22 de agosto de 2017

Arenga a la autogestión

En tiempos de competencia desleal, colusiones y desfalcos millonarios, la autogestión aparece como el último diamante de dignidad que resta a los creadores y comunicadores comprometidos con el cambio social. Las políticas públicas, esmeradas en difundir tutoriales para cargar perfiles en formularios acumulativos, han mermado pero no aniquilado por completo el sabor de la colaboración entre iguales, pares, colegas, vecinos o compañeros. Sin fondos ni concursos de por medio, cuando sólo se trata de voluntades asumidas por la convicción de lo que se cree justo, el resultado final de lo que sea tiene otro sabor, ni mejor ni peor: simplemente más quiltro, más callejero, más auténtico. Pienso en el Valparaíso del 1900, lleno de talleres de sastres y zapateros, artesanos del trabajo no apatronado que con su quehacer aguja cosieron la conciencia de clase más formidable en la historia de Chile. Pienso en esa libertad del amor por el trabajo propio, en concordancia con el dar y recibir que no palpita al ritmo de la oferta y la demanda capitalista, sino en el pulso del respeto o culto al oficio, a la conciencia del valor que cada ser humano entrega a esta cadena sanguínea que somos todos juntos, pueblo o sociedad, concientes de sí mismos y sus carencias.

Es ahí donde debe estar el arte y la comunicación, trabajando para la superación de aquello que impide derrotar la competencia desleal que habita entre nosotros y que nos tiene llenando formularios para encontrar la fórmula estética o el ladrido de la vanguardia, negando que el primer paso es habitar el alarido que disconforma, agujereando a diario la gruesa capa de cotidianeidad ciega que nos imponen.

5 de agosto de 2017

Nocturno #46


Esa espalda que gotea
esperma y sudor gotea
como una llovizna salada
chorreando cuello gotea

una y otra vez
mi cuello y su cuello
evaporándose
fluido a lubricante
abajo bien adentro
un gemido se le sale

me moja
y me gotea

25 de julio de 2017

Arte Poética de Pablo Neruda

Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas,
dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la frente,
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay para cada agua invisible que bebo soñolientamente,
y de todo sonido que acojo temblando,
tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría,
un oído que nace, una angustia indirecta,
como si llegaran ladrones o fantasmas,
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
como un camarero humillado, como una campana un poco ronca,
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores,
posiblemente de otro modo aun menos melancólico,
pero la noche, de pronto, el viento que azota mi pecho,
las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,
el ruido de un día que arde con sacrificio,
me piden lo profético que hay en mí, con melancolía,
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos
hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

De Residencia en la tierra

15 de julio de 2017

Valparaíso Vintage / Las estaciones del olvido

Miré hacia atrás
nunca dije basta
las bestias del rebaño
huelen la sangre
y te salen a buscar
con sus colmillos afilados

Un corvo es más amigable

Pero la periferia porfía
y el día siempre empieza
con un muerto tibio
y su cabeza reventada
 en la vereda

(Mientras el papel de los siglos
miente y denuncia
oprime y sentencia)
(Cabalga en la historia
el héroe nacional)

Una leche fría
y a la perrera
otro tibio atardecer
cargando cadenas
otra pesada herencia
de esqueleto y tos

Olvidando
siempre olvidando
el dolor del fuego

8 de julio de 2017

30 de junio de 2017

26 de junio de 2017

Kantalao / Las ventanas


El mar abre sus ventanas
Todas ellas invisibles

Qué se muestra después de la apertura

Hay que ser pez de agua salada para verlo
Hay que ser pelícano de extensas latitudes
O tímida estrella de mar
Escondida en las vaginas de la roca
Hay que ser velero de madera perdido en las corrientes
O piedra submarina que nunca ha visto el sol

Las ventanas parecen escaleras
A veces se rompe un pedazo de cielo
La luna deforma un gato
Y en la ciudad duermen todas las ánimas
Amontonadas sobre un macetero estelar

El mar abre sus ventanas
Y qué pasa con las olas que se fueron
Detrás de los barcos
Y qué pasa con los botes que se tragó el océano
El viejo océano color cielo color estación
Ese océano que me hace adicto
Que me enferma de salinidad y saludable deseo

Las ventanas del mar
Llegaron a mi vida no sé cómo
Yo no estoy seguro de nada
Ni siquiera de ser pez o pelícano o náufrago
Una ola baja dormita en mi alma
Y en lo profundo
Se arma el mundo
Recorre mis venas
Y sale por mis ojos

25 de junio de 2017

23 de junio de 2017

La prepotencia del poder


Fernando Milagros en el cierre de una marcha estudiantil
en Santiago de Chile. Junio de 2017. 

20 de junio de 2017

Rapa Nui


Le sangraban las narices
y sin embargo seguía
repartiendo sus manos:
su vida entera
pasaba delante
de nosotros
cuando llegaba
arrastrando la red
con moluscos.

Ahí entendimos
el sentido de la humanidad.

El valor de la entrega total.

6 de junio de 2017

El gran libro del horror de la poesía chilena

“Rompan filas” de Bruno Vidal. Ediciones UDP, 2016.

Espectador de la obra relájese / Aquí la luz de los reflectores / No le hará daño ni maltrato / Se usará sólo en la producción / De efectos escénicos

Los horrores cometidos por los militares contra la población de Chile, una vez consumado el golpe de Estado del 11/9/73, han sido reconstruidos a través de distintas voces: la de los protagonistas (víctimas), cuyos testimonios siguen latiendo en las páginas de los informes Rettig y Valech; la de los periodistas, cuya labor de investigación permite tener hoy un nítido cuadro de nombres, fechas y escenas del genocidio; y la de los responsables, principalmente uniformados, que podrían dividirse entre los arrepentidos, conscriptos en su mayoría, y los que siguen alegando inocencia, a pesar todas las evidencias en su contra.

“Rompan filas” de Bruno Vidal (Ediciones UDP, 2016) se engancha con esta última variante. Como libro, por su documentación, constituye un aporte para nuestra contundente biblioteca de la memoria. Y como poesía, se sitúa en la vereda incómoda y políticamente incorrecta de quienes siguen justificando la sangrienta matanza perpetrada por las fuerzas armadas contra su propio pueblo. En ese sentido, el poeta cumple aquí con el rol “provocador” que se espera del artista en la sociedad, y entrega un relato donde la narrativa legal y periodística antes mencionada, adquiere un tono dramático e irónico en su mutación poética, que sin anestesia, va revelando los terribles laberintos escondidos en la cabeza de estos tipos.

Al Jefe Seccional de la comuna de Independencia
Lo detuvimos en plena vía pública
Cerca del J.J Aguirre
No opuso resistencia
recuerdo claramente el momento de la detención
Se puso pálido
Lo conducimos al Nido 21
Apenas llegamos
Le aplicamos la corriente en los testículos
Lo dejamos inconsciente
Al recobrar el conocimiento
Le dije:
Te estamos torturando
Por feo
Por rasca
Por idiota
Por infeliz
Por penca
Por mísero
Por upeliento
Por no tener idea del forro
En que te estabas metiendo

Un punto importante a destacar aquí es la documentación. Los poemas de Vidal no se construyen sobre nombres o situaciones imaginarias. No inventa apellidos de obreros asesinados ni recrea acciones ficticias. Cada caso, cada chapa, cada regimiento y centro de tortura, tuvo su existencia en los pasillos de la historia. No se está improvisando ni jugando. Se nota una lectura rigurosa en el levantamiento de la obra, y de ahí su valor histórico como testimonio y bibliografía.

Otro aspecto destacado es la impostura, fundamental en la poesía. En este caso, se van dibujando emociones, pensamientos, miedos y recuerdos de militares y civiles entregados con todo su ser a la tarea de torturar y asesinar. Así, la voz poética logra acercarse, con aciertos y excesos, al relato mental de los “vencedores”, explorándolo con un estilo que a ratos recuerda la anti-poesía, en el sentido del habla coloquial y cotidiana, sin adornos ni artificios, intercalando todo con bandos y frases de la época. 

Cambió de actitud subió el pelo / No volvió a su barrio de origen / Se ha hecho imprescindible en ese cuartel / Fue ganando posiciones / Agarró papa con ese género de vida / A su cargo la base de datos / Conocía varios organigramas en sus registros / Perdió contacto con la familia / La jefatura lo pone a prueba / Corresponde liquidar a tres comunistas / Del comité central / ¿Eres poco hombre? / No señor soy capaz de degollar a esos carajos / No me temblará la mano / Llega el momento crucial / Le pasan un corvo / Los tres tipos a eliminar / Están arrodillados / En plena intemperie / Y los jefes con altos estudios / En la Academia de Guerra / Quedan con muy buena impresión / Ese servidor de la patria / Se maneja con las distintas formas: / Picotazo, tajo, cachazo, revés, y zarpazo

“Rompan filas” no es un libro fácil de leer. Cuesta digerirlo. A ratos, dan ganas de abandonarlo. Muchos derechamente no continuaron con su lectura. Los que lo terminaron, hablan de un “libro catarsis”, una especie de obra maestra del horror, que si bien puede agotar anímicamente, ayuda en definitiva a una mejor percepción de la historia, por cuanto visualiza con certero lenguaje las motivaciones del odio profundo que se desató contra el pueblo y sus organizaciones políticas.

Pero la lectura también deja otra sensación, no menor. Me refiero a la incertidumbre, válida, de que estos hechos vuelvan a ocurrir. Porque, ¿cuánto han cambiado las Fuerzas Armadas desde la caída de Pinochet? Nunca lo sabremos, o mejor dicho, mejor nunca saberlo. Quizás basta con saber que en el Museo Naval de Valparaíso, al lado del turístico y concurrido paseo mirador 21 de Mayo, se encuentra una imponente estatua del almirante Merino, uno de los artífices del golpe. Es decir, si el aspecto simbólico de la Dictadura sigue vivo y presente en las instituciones armadas, ¿por qué no su ideología?

Desde ese punto de vista, el libro de Vidal constituye un llamado de atención, una advertencia severa y recargada sobre lo poco que sabemos sobre las Fuerzas Armadas, y sobre cómo éstas han ido construyendo su propio relato -críptico, si se quiere- sobre lo sucedido en Chile desde 1973. Porque lejos de ponerse “del lado de los asesinos” o intentar “humanizarlos”, como han sugerido algunas lecturas superficiales sobre su obra, lo que hace Vidal es mostrar la pequeñez, cobardía y desequilibrio de estos sujetos, dejando en evidencia lo impresentable que es seguir defendiendo sus actos en la actualidad.

Con mi obra autoritaria / Con mi espíritu de sicopedagogo / Con mi afán redentor con mi estilo en la escenografía teatral / Con mi voluntad de hierro con mi arte conceptual con mi fuerza en bruto / -Con mi conocimiento cabal de las luchas de clases- / Te enseño a no comprometer tanta sangre tanto sudor tanta lágrima

Desde esa lógica, -y lo digo desde mi ser romántico e ingenuo - “Rompan filas” debería ser lectura obligatoria en todas las escuelas militares del país, por guardar y reflejar, como un espejo, todo el horror cometido. Quizás de esa forma las nuevas generaciones podrían superar definitivamente a sus antecesores, protagonistas del capítulo más vergonzoso y triste en la historia de Chile. 

Publicado en www.criticasculturales.cl

26 de mayo de 2017

19 de mayo de 2017

Exploración al cosmos violento de la poesía

-Reseña de Basurita Cósmica, de Fabián Burgos-
Siempre fue una imagen terrible
ver el cielo reflejado en los charcos

Un presagio de la poética contenida en este trabajo lo encontramos en la portada misma de la plaquette, publicada por Ediciones Periféricas: una neurona y una galaxia, una al lado de la otra, una fotografiada por un telescopio inmenso y la otra por un microscopio refinadísimo; ambas frente a frente, con sus exorbitantes distancias pero con una semejanza que la poesía de Burgos se encarga de enlazar a través de filamentos y tormentas, con herramientas lingüísticas claro está.

Todo parte con un poema inicial donde se establecen los contornos. Una formación inicial que gira, revolotea, se rearma y se esparce con un ritmo marcado por la intensidad y la cólera, tomando nota del caos que acontece violentamente alrededor de nosotros:

Tanto el autor como el poema
Son desechos
Ínfimas porciones de finito
Que ya quisieran
Andar errantes
Buscando azotar las mejillas
Contra los límites del espacio.
Es probablemente
A partir de esta sensación terrible
Que algunos científicos
A nosotros humanos
Han llamado: Las basuritas del cosmos.

A partir de ese momento empieza un recorrido por distintos rincones del pliego cerebral, con sus correspondientes mutaciones y subterfugios, lanzando certeros dardos que bien podrían pasar por máximas científicas: “Existen tantas estrellas como neuronas en nuestro cerebros” dice, por ejemplo, el poema “Conclusiones místico/poéticas a partir de un apunte al vuelo tomado en un congreso de astronomía”, publicado anteriormente en el folletín del encuentro de escritores Letras en la Arena, de caleta Horcón. El texto prosigue, justamente, como en una libreta de apuntes:

a) Es cierto aquello de que el pensamiento no se desintegra junto al cuerpo, sin embargo desaparecemos a la velocidad del cosmos. Nada es infinito.

b) El conocimiento humano se expande al mismo tiempo que lo hace el Universo. Nunca lo podremos saber todo, pero la carrera es inevitable. El corazón es un placebo.

c) Es probable que haya cierta conexión entre las neuronas de la humanidad entera. Por cada estrella muerta, un poema a punto de ser parido despierta en una galaxia inexplorada, donde seguramente en centurias se encontrará consigo mismo, pero no encontrará un lenguaje.

Y así hasta la letra g). Y así también sucesivamente van cayendo otros poemas, como asteorides que al chocar con las neuronas del lector generarán quizás el mismo gesto que dos galaxias azotándose en la profundidad del cosmos. Porque a decir de Burgos, “destruir neuronas como destruir estrellas, es el único espectáculo posible”. En ese sentido, la poesía, como el alcohol, tendría la capacidad espectacular y soberbia de destruir o al menos mutar nuestras neuronas hacia algo peor o mejor, como nuestras visiones del Universo: un océano salvaje sin retorno y sin sentido, o una mágica unión eléctrica de voluntades y existencias.

Ya hacia el final del libro, la plaquette toma sentido en cuanto anticipo o extracto de una obra mayor, sentido primario del concepto, con la aparición de una “Introducción a Cosmogonía para los salvajes”. El poema cumple la función de enhebrar lo leído anteriormente, con sutileza y seguridad:

Luego de tanta razón
construiré un poema en el que podamos habitar los salvajes
un poema en espiral que gire por debajo del Universo
que le cambie las órbitas y provoque sinapsis a las estrellas
somos el infinito escribiéndose a sí mismo.

Basurita Cósmica tiene 24 páginas y fue impresa en abril de 2007 en el taller Elías de Ediciones Periféricas (Valparaíso). Además fue publicada en México (Guadalajara) por Ediciones Pipa Tapada, también en 2017. Constituye el tercer adelanto de un libro que según el mismo autor, “nunca se termina de escribir”, y que lleva por nombre “Para estrangular el lenguaje de los pájaros”.

Vía Revista Cavila

17 de mayo de 2017

Insomne


Un pétalo de nieve
deambulando suavemente
por el aire de tu boca
incrédulo ante la hipérbole
del espíritu

El frío no congela
la voz no existe
pero entre rocas azules
se evapora un recuerdo

Un manojo de cenizas
derretidas en el mar

16 de mayo de 2017

“Fuera de catálogo”: Un recorrido marginal por el Valparaíso de Carlos Peirano

Batallas imaginarias, coreografías y  composiciones de sugerente ambigüedad, realizadas con desechos recogidos directamente de las calles, forman parte de “Fuera catálogo”, la nueva exposición de Carlos Peirano, “un artista a medias”, como él mismo se define, y que se estará presentando a partir de esta semana en El Internado de Valparaíso, hasta fines de junio.

“No tengo plazos ni límites, estoy más bien sujeto a aquello que la calle, el cerro o la playa me ponga por delante. Soy el reverso de un comprador compulsivo. Ando a cuestas con mi mochila cargando todo lo que la sociedad de consumo ha desechado. Esos son mis materiales; y eso para mí tiene algo de sentido: soy un artista a medias, un farsante”, dice Peirano a El Ciudadano.

El resultado de este proceso -la obra-, es, según Peirano, “una especie de diario de vida plástico, porque en ella utilizo cosas que encuentro mientras deambulo por Valparaíso”.

Se propone así un recorrido marginal por piezas realizadas con madera, fierro, papel, loza y plástico, materiales que examinan la fragilidad de las cosas -y el misterio de éstas-, en un contexto oscuro y desacralizado. A juicio del autor: “Aquello que, caído en desuso, e irremediablemente inutilizable, brinda un marco de acción para el arrebato”.

En ese sentido, el espectador atento podrá identificar retazos de su cotidiano acontecer por la ciudad, una ciudad particular que con su geografía llena de quebradas, desagües y rincones, ferias libres y accidentes varios, contribuye a esparcir restos de la sociedad de consumo por prácticamente todo su territorio.

En el caso particular de esta exposición, Peirano pone como ejemplo la obra “Tragedia carretera”, constituida por restos de letreros de micros, camiones y colectivos accidentados en la bajada Santos Ossa, y que se unen dentro de un marco también encontrado en la calle.

“Fuera de catálogo”, reúne algunos de los ensamblajes, objetos y esculturas realizados por Periano en el último año. A partir del 15 de mayo y hasta el 30 de junio en El Internado, Dimalow 167, Cerro Alegre, Valparaíso. De martes a domingo 12:00 a 21:00 hrs. Entrada liberada.


Publicado en El Ciudadano

8 de mayo de 2017

Volando bajito


Se puede sentir el susurro
de la tierra
de la noche
de tu espíritu
hablándote
en la luz

6 de mayo de 2017

Subterfugio


Subte a las dos de la tarde:
una ensimismada camisa
es la rutina desta ciudad:
un inmigrante sin nombre:
una entraña sin comida: 

brebajes de la memoria
recorriéndose en cada stencil
en cada rostro que se asesina

3 de mayo de 2017

La caleta


Últimos rayos de sol
las olas se adormecen
y la playa transmuta

Un niño desaparecido
vuelve a sonreír

Se acaban las estaciones
de la pulga de mar

Del alga su coraza
y su angustia de pez

Un bote fósil se estremece

La caleta cae en la noche
y los rumores del ayer
retumban de oleaje
en los cerros cercanos

El hombre se fue con el siglo

La vida es acá como silencio

La noche y su reino solamente
pero alguien vuelve
a creer en los rituales

Una fogata se enciende

Y el viento se arrastra seduciendo
lenguas amarillas inexplicables
en la oscuridad del universo

2 de mayo de 2017

Canción de Valparaíso


primero una soledad de
acantilados selva piedras
lagartos quebradas cáñamo
vertientes espejo semen
polvo vasija cántaro

después gaviotas y geométricos
pelícanos en los bordes de la república
en el escondite del océano viejo
bajo el vientre de la tierra quemada
bajo nuestras pieles quemadas de olvido:

una madre pariendo fogatas
una piedra lisa entre indios

primero la semilla y el ovario
después el hombre y su pañuelo

primero la pesca la concha los
ojos reventados de los peces
el cuero de lobo inflado y después

después la bandera y la
bandeja

antes que toda herramienta
primero fue la tierra esculpiendo
nuestras bocas con azules
piedras marinas

18 de abril de 2017

Encuadre


Ella dice que la música
hace que los árboles muevan sus hojas
yo le digo que en realidad es el viento
el que causa el movimiento
pero ella insiste

la música viene con el viento
me dice

y me besa

11 de abril de 2017

Avenida Elías


Un patio, un patio que está levantado para que los pájaros picoteen el tiempo que se me va de la piel y de las ropas, como quien hace nacer vientos con actitud de cordillera nevada y nutriente de ríos, rocas y salmones de carne aceitosa, salvajes en su escondite; un perfil de hombre popular en el sombrero que los días van dejando sobre el esqueleto según el hambre que se tenga, de agua o de carne, de vegetal o sentimiento; el poema que se recorre al zozobrar la aldea y volver al emigre de los soles, de los días, de los pensamientos que no cesan de fluir como la nieve en las alturas de los pumas nunca vistos por el hombre, en esos parajes azules que presentimos existen en alguna parte de nuestro mapa nacional birlado por la represa pero resistente en los ojos de nuestras hijas, combatientes y plenas en el pétalo y la belleza.

10 de abril de 2017

Pieles del tiempo: transparentes



A lo lejos
las sombras de los andes
nos miraban con profundo amor

7 de abril de 2017

/68/ Armando Uribe (cfr. Hamlet)


"¡Qué obra maestra el ser humano!
Cuán noble su razón.
Sus facultades, infinitas.
Su forma, y movimientos,
tan bien plantada, y admirables.
Cuando actúa es un ángel.
Su expresión, la de un dios.
Oh belleza del mundo.
El parangón de la animalidad".

4 de abril de 2017

Plaza Aníbal Pinto, Plaza Aníbal Chile


Los que vieron el asesinato y los que no lo vieron, los que han sido mordidos por perros, los que han sido cogoteados y los que lo vieron por internet, todos, todos aquí y en la calle viven a diario la violencia que irradia desde las portadas de los diarios y desde los brillantes carros del poder, del poder económico que debe ser alcanzado por cualquier medio. Una loca carrera por billetes que se truecan por qué, por qué tipo de gramo de qué, y eso hace finalmente que un chico saque una pistola en la Plaza Victoria y mate a dos estudiantes a sangre fría. Ahora fue un cuchillo para cortar queso o quizás qué, y antes fue un borracho manejando y atropellando a un joven que caminaba tranquilamente hacia su casa. La violencia adquiere formas macabras que a todos se nos van a cruzar. Y la maquinaria del miedo se soba las manos con la paranoia social que cunde como la maleza en los cerros. Se parte por estigmatizar negativamente a la protesta social y en los grandes medios de comunicación los estereotipos se empiezan a repetir: delincuente prófugo, vendedor ambulante, joven punk. Antes fueron los comunistas, los marihuaneros, hoy son los mapuche, los anarquistas, los casa okupa y las radios comunitarias. El sistema fabrica enemigos como quien fabrica bebidas, fideos o condones, y mientras tanto seguimos llorando a nuestros jóvenes que caen como moscas fulminadas por la radiante promesa del éxito económico aquí y ahora y como sea.

Aquí es necesario dimensionar que la alta venta de alcohol y la muy buena disponibilidad de un abanico de drogas -para todos los precios y gustos-, va e irá siempre de la mano con esta mano invisible que todo lo rige. ‘La cosa es volarnos la cabeza por las buenas o por las malas’, y ahí la máxima neoliberal actualmente en ejercicio, derrocó gobiernos y desapareció opositores y hoy manipula con el miedo a la población a través de los medios de comunicación. ‘Por eso no le crea a La Estrella ni al Mercurio, no vea TVN ni Canal 13’. Suena a extremismo pero a estas alturas parece urgente recordar que todo este conglomerado mediático viene operando desde la Dictadura hasta ahora con un solo fin: volver definitivamente intocable el salvaje sistema económico impuesto desde el 11/9/1973.

Si sumamos a ello el meticuloso cambio en la orientación educacional y cultural del país -de ciudadanos a consumidores, de cooperativistas a competidores-, a partir de los ‘Chicago Boys’, nos acercamos bastante a la respuesta de por qué nuestros jóvenes solucionan sus problemas matándose entre ellos o suicidándose. Solamente siguen los valores que el sistema enaltece como sinónimo de status. Los que no lo soportan, o se hacen al margen o saltan al vacío desde un piso 18. He ahí el gran triunfo cultural, no definitivo, pero sí importante, del modelo: la violencia como sentido común, como comportamiento válido y -así subrayado- lucrativo negocio, partiendo por las farmacias y sus médicos, que contribuyen al caos narcotizando legalmente a todos.

Desde esa óptica, sólo queda ser pesimista y prepararse, pues la violencia está muy, pero muy lejos de declinar. ¿O será que siempre estuvo presente pero sin teléfonos inteligentes ni redes sociales? ¿Será que vivimos en un estado de violencia permanente y por eso nos volvemos cada vez más insensibles? O sea, ¿hay que acostumbrarse a vivir así? ¿Dónde está el botón de pánico?


3 de abril de 2017

Vacío


La madre consumidora
el padre en la cárcel el abuelo
mejor estar lejos del abuelo

olvidarse del futuro
como la mirada de la abuela
olvida el manantial del sol
postrada en su cama
imposible de recuperar

había algo vacío en el aire
de esa mañana

el pincel del ojo
dibujó círculos en el cielo
mientras el vacío mutó
a movimiento
a cubo


una toalla colgada en el patio
y las garras del gato muerto
arañando los árboles
persiguiendo las uvas en el suelo

Mejor irse de casa
largarse a rodar por la vida
como una uva
envejeciendo lentamente
con la piel del sol