31 de marzo de 2014

Avenida Matta

Las revistas se tragaban el gris de la época.
Engullíamos la miel de las madres
tan rápido como una avispa hambrienta.
Cayendo sobre una colmena dorada
rebosante de líquido.
Como anticipando la catarsis
de la adultez alcohólica.

Leíamos mientras caminábamos
tropezábamos con las raíces de los árboles
nuestras madres conversaban entre sí.
La época – reiteramos – teñía de gris la sangre
pero no había silencio: recuerdo el impacto
de un artesano callejero – amigo de mi padre
a quien le rompieron las manos los militares
por hacer tarjetitas de Pablo Neruda
y Violeta Parra.

En nuestros juegos las avispas estaban contra los milicos.
Recuerdo dibujar tanques incendiados por super-insectos
que éramos nosotros los niños de la cuadra: dos.
Dos abejas bastaban para incendiar un tanque
como anticipando las barricadas estudiantiles.
Tanques de cartón fueron quemados
en salvajes protestas contra el CAE.

El cerro a lo lejos era nuestro horizonte.
Soñábamos con esa jungla.
Colores que no conocíamos.

/ La revista era a colores. Mi madre también.
El barrio era gris y su recuerdo es ahora
como el barro frío en los pies de un indio
despojado de su cultura.
Los milicos siguen afilando sus armas.
La nueva constitución empieza a gestarse
en el corazón de un pueblo resurrecto.

La piedad es un palabra olvidada
en muchos de nosotros.



Inédito

27 de marzo de 2014

Bolero


Tanto tiempo disfrutamos de este amor y nuestras almas se acercaron, se acercaron los fantasmas, tu sabor enamorado, mi sabor acariciado. No pretendo ser tu dueño, no soy nada, me almidono esperanzada, yo no tengo ni retengo vanidad acaudalada, de mi vida doy lo bueno, soy tan pobre, qué otra cosa puedo dar?

- Hay amor eternidad? Hay amor donde tu estás?
- Hay amor igual que aquí: Picante como el ají



Por Marinero Miel

24 de marzo de 2014

Epitafio

Este animal murió solo, vivió solo,
no leyó ni la mitad de su biblioteca,
no conoció ni la mitad de su país,
no estuvo entre los ganadores
del premio al empleado del año,
no ganó ninguna elección,
no acertó jamás los números del concurso.
Fue un silencio, una herramienta afilada,
creadora de otras herramientas, sillas,
muebles, repisas, papel, mucho papel escrito
que no alcanzó a leer.

Estuvimos ahí, con él,
en el momento de la materia.

Sentimos que respiraba.


Inédito

22 de marzo de 2014

Inauguración del Seminario de Nueva Poesía Chilena* **



* poesía chilena de provincia
** incluye zonas de sacrificio 

16 de marzo de 2014

La cultura del terror

Yo niño
abusado por mi confesor

Yo niña
golpeada por mi padre

Yo mujer
menstruada con fusil
y arrojada muy azul
a una embajada extranjera

Yo callejón sin salida
fríamente ejecutado
en el más hermoso silencio

Yo estatua sin voz
pedazo de tierra sin fosa
simple horror de la presa

Yo soy la carne
que hace andar
tus máquinas

Tus relojes tus teléfonos
y la sangre dentro de ti

Yo soy
el esqueleto de tu cultura


De "Valparaíso Vintage"

15 de marzo de 2014

Supermercado Vietnamita (fragmento)





Bajo una lluvia de estrellas

mi corazón en picada

5 de marzo de 2014

Es olvido

Juro que no recuerdo ni su nombre,
mas moriré llamándola María,
no por simple capricho de poeta:
por su aspecto de plaza de provincia.
¡Tiempos aquellos!, yo un espantapájaros,
ella una joven pálida y sombría.
Al volver una tarde del Liceo
supe de la su muerte inmerecida,
nueva que me causó tal desengaño
que derramé una lágrima al oírla.
Una lágrima, sí, ¡quién lo creyera!
Y eso que soy persona de energía.
Si he de conceder crédito a lo dicho
por la gente que trajo la noticia
debo creer, sin vacilar un punto,
que murió con mi nombre en las pupilas,
hecho que me sorprende, porque nunca
fue para mí otra cosa que una amiga.
Nunca tuve con ella más que simples
relaciones de estricta cortesía,
nada más que palabras y palabras
y una que otra mención de golondrinas.
La conocí en mi pueblo (de mi pueblo
sólo queda un puñado de cenizas),
pero jamás vi en ella otro destino
que el de una joven triste y pensativa.
Tanto fue así que hasta llegué a tratarla
con el celeste nombre de María,
circunstancia que prueba claramente
la exactitud central de mi doctrina.
Puede ser que una vez la haya besado,
¡quién es el que no besa a sus amigas!
Pero tened presente que lo hice
sin darme cuenta bien de lo que hacía.
No negaré, eso sí, que me gustaba
su inmaterial y vaga compañía
que era como el espíritu sereno
que a las flores domésticas anima.
Yo no puedo ocultar de ningún modo
la importancia que tuvo su sonrisa
ni desvirtuar el favorable influjo
que hasta en las mismas piedras ejercía.
Agreguemos, aun, que de la noche
fueron sus ojos fuente fidedigna.
Mas, a pesar de todo, es necesario
que comprendan que yo no la quería
sino con ese vago sentimiento
con que a un pariente enfermo se designa.
Sin embargo sucede, sin embargo,
lo que a esta fecha aún me maravilla,
ese inaudito y singular ejemplo
de morir con mi nombre en las pupilas,
ella, múltiple rosa inmaculada,
ella que era una lámpara legítima.
Tiene razón, mucha razón, la gente
que se pasa quejando noche y día
de que el mundo traidor en que vivimos
vale menos que rueda detenida:
mucho más honorable es una tumba,
vale más una hoja enmohecida,
nada es verdad, aquí nada perdura,
ni el color del cristal con que se mira.
Hoy es un día azul de primavera,
creo que moriré de poesía,
de esa famosa joven melancólica
no recuerdo ni el nombre que tenía.
Sólo sé que pasó por este mundo
como una paloma fugitiva:
la olvidé sin quererlo, lentamente,
como todas las cosas de la vida.


Nicanor Parra
Poemas & Antipoemas