24 de septiembre de 2013

Cordón San Joaquín (fragmento)

Finalmente la primavera
sacó a relucir nuestros huesos
y volví a ver a mis hijos,
corriendo libertarios tras un volantín,
saboreando la libertad sin tenerla.

Escuché de nuevo la rotación de mi canilla de acero
en la fábrica Sumar, reconocí los dedos de mi madre
limpiándome las lágrimas, era niño, era árbol, era nadie,
y en la mitad de mi sueño el corazón de la ciudad
era una gigantesca fábrica repartiendo poesía en el viento,
poesía como martillos y clavos, como llaves, como tuercas,
como repuestos de la gran maquinaria popular
que todavía resuena en alguna parte
de nuestra conciencia industrial,
llevando leche y carne a la boca de los niños
que siguen persiguiendo el precioso volantín
de la liberación colonial.

Sí, fui acribillado, pero gracias a la primavera
germiné, me establecí como un árbol
al costado del camino, conversé con el viento
y besé sus labios muertos, besé hojas y palabras
que me fueron inventando como se inventan
todos los héroes en la memoria colectiva.


Dedicado a los trabajadores de las fábricas


Sumar
Indumet
Indugas
Yarur
Lanera Austral
Cobre Cerrillos
Mademsa

20 de septiembre de 2013

4 AM

En ese momento mis manos
salieron de mis brazos
mi garganta subió hasta el techo
y mis ojos giraron de forma extraña

descubrí entonces que tenía un
pedazo de cielo escondido en el
pecho y que mi color era el azul


17 de septiembre de 2013

Poesía

Espacios de un bosque
empiezan a abrirse.
Hay una luz de luna
que no reconozco.
Siento una danza
de piernas ramajes 
como sonido de viento;
un espíritu 
que sopla siempre
en sueños
abrazado a todo lo azul
de la estructura.

12 de septiembre de 2013

11 de septiembre de 2013

Yo estaba

Yo estaba en la playa Portales. Vi a la marinería aparecer desde las sombras, como espectros de la conquista. Blancos, armados, con odio.
Yo estaba en Sumar. Dormí en paz. Me soñé en la fábrica, con mi canilla metálica en las manos escuchando a mis compañeros cantarse entre sí. 
Yo estaba en Indumet, jugaba dominó cuando mi padre llegó repentinamente en un soplo. Me levanté, salí, encendí un cigarrillo, pensé en él. 
Yo estaba en Placeres, en la quebrada, cansado, sediento, sin nadie. Ninguna hoja se movía. 
Yo estaba en Cauquenes, vigilando el predio, con un mate en la mano, convencido, convencido de la justa entrega de mi corazón campesino. 

Yo estaba. Yo estaba.

2 de septiembre de 2013

Ya te busco

Ya te busco, ya te encuentro
pero las lunas del universo
no bastan para explicar tu voz;
te vas, regresas, te vuelves a ir
y tus manos siempre quedan
marcadas en la arena mojada
de mis ojos; no sé por qué,
por qué tienes que irte;
vas y vienes y te encuentro
como una semillita tierna,
brotando como la música
de un amanecer en La Plata;
pero ya te fuiste de nuevo
y sólo quedo yo, yo y mi vaso,
solo yo y la pesada ausencia tuya,
desmesurada, fría,
imperturbable como este papel.

1 de septiembre de 2013

Apunte

¿Poesía de barricada...? ¿Arte de combate y de guerra social contra el capitalismo fascista-imperialista? ¿La belleza politizada y civil que emerge del proletariado? Sí. Precisamente, un estilo de asamblea, de fábrica, de oratoria, de concentración pública y de intervención obrera del poeta, sublimándose en rigores de construcción terribles. No rimando la noticia periodística, sino rugiendo como obrero por la explotación clasista del artista. Porque el gran poeta de hoy, explotado, azotado entre explotados y entre azotados sociales y explotadores de trabajadores, o es la voz de la clase obrera y del pueblo, o no existe.

Pablo De Rokha, "La Épica Social Americana"