10 de mayo de 2013

0.14

Solamente diré: amor, estrellas en los ojos, la suave brisa del caos, lejos, allá arriba, donde las ventanas azules se abren y nadie las verá jamás como quien observa un lago desde un cerro, o el despertar de una amante rubia; la noche es un solo respirar, un solo aliento, se pasa la vida en esa noche cuando la muerte está en nosotros, jugando con nuestros sentidos que sueñan, sucumben, despiertan llorando o mojados abajo; somos niños, rieles, pedazos de manzana en la cocina, ropa sucia acumulándose en el lavadero: o la severa estación del invierno en nuestra cara, o el cándido aroma de la primavera en los genitales.