17 de diciembre de 2010

Conrimel, la antología

56 voces reuné el volumen que se editó tras el Encuentro Latinoamericano de Mujeres Poetas Conrimel, realizado en Valparaíso y Santiago en noviembre de 2010.

El libro fue diseñado y encuadernado artesanalmente en los talleres de Ediciones Inubicalistas, en el cerro Alegre de Valparaíso. Según explica Gladys González, ejecutora de “Conrimel” junto a Diego Ramírez, “la antología es el trabajo recopilatorio de textos poéticos y reseñas bibliográficas de todas las poetas que respondieron a la convocatoria del encuentro, realizada entre enero y noviembre de 2010”.

Así, entre el 16 y el 19 de noviembre de 2010, 56 poetas de varias generaciones se reunieron en Santiago y Valparaíso, en recitales de poesía, conversatorios, foros y presentaciones en espacios públicos y otros. Participaron poetas de El Salvador, Argentina, España, Perú, Bolivia, Chile, Venezuela, Cuba, México, Paraguay, Uruguay y Brasil.

De acuerdo a lo expresado por los ejecutores, “Conrimel se plantea como una suerte de conector regional de intercambio de mujeres poetas, donde se pretende revisar diversas problemáticas como las tendencias actuales de escritura, el rol emergente de la mujer como escritora y editora, las políticas de género y de difusión editorial, nuevas formas de edición, distribución, y su impacto en el continente americano”.

La antología contiene interesantes y variados textos – muchos inéditos –, de distintas temáticas. Es maravilloso leerlo y encontrar poemas buenísimos, de alto vuelo estético y potentes imágenes. Sin duda, se trata de un volumen contundente si lo entendemos como el registro de un encuentro al que llegan poetas de varias generaciones con distintos caudales de publicación. Ello, junto al carácter internacional y la visibilización de nombres jóvenes, constituyen las grandes sumas para el alma poética de este inolvidable libro Conrimel.

Algunos poemas

Marcia Mogro (Bolivia)

con estupor
piensa
en la fragilidad del cuello

la vicuña pastando
las miles de vicuñas pastando
piensa
en esa escena tan doméstica
en esa altura piensa
con ese azul cielo
con esas lanitas de colores en las orejas piensa
permanentes habitantes de estas regiones desoladas
esas vicuñas con sus cuerpos altamente sofisticados
su legado
tienes manta de vicuña? tienes colcha de vicuña?
tienes chompa de vicuña?
poncho de vicuña tienes hermanito?

visiblemente perturbado
invoca y articula
la profanación de lo sagrado
no sabe si darse vuelta
irse desaparecer desvanecerse
ausentarse largarse sucumbir

este es el lugar de adoración en el que estamos inmersos
nada más esencial

contemplar el viento y la lluvia en determinados escenarios
puede afectar estructuras fundamentales de la existencia
horribles conclusiones de la temporalidad del cuerpo
puede afectar en frentes múltiples
hasta el aniquilamiento

la luna estaría llena esa noche

(se sentaría junto a mi
y silenciosamente inspeccionaría la escena)

*****

Natalia Molina (Chile)

Tres semanas (de “Veteranos del ’79)


Todavía la cama tiene su olor
y la pieza y la silla y la cocina
esa mezcla de té con canela
colonia inglesa y tomaticán
ese olor dulce que tienen todas las viejas.

Recuerdo cuando se lavaba el pelo con champú de quillay
y se lo desenredaba en el patio.
Se pasaba el peine por la cabeza húmeda
y las hebras caían negras sobre sus pechos
de luchadora social
armados hasta los pezones
envueltos en un sostén-faja blanco de borches interminables.

Cruzo el pasillo todas las tardes
y miro sus figuritas de loza
que se llenan de polvo
en tres semanas.

*****

Damaris Calderón (Cuba)

Sílabas, Ecce Homo

Hablar del pájaro parlante
parlanchín posado en una rama
cantando (como diría Juan Luis Martínez)
en pajarístico.
Y el hombre es una lápida
un cuarto oscuro, una silla vacía
y una lámpara.
El que se aproxima a la lámpara
puede encontrar una salida
(o la ilusión de una salida).
¿Hay salida posible hacia fuera
o toda salida es hacia adentro,
hacia el reino de la raíz?
Hundirse como Virginia Woolf
con los bolsillos llenos de piedras en el río.
He ahí la verdadera ganancia,
lo que no alcanzan los nadadores de superficie.

El optimismo es una bandera a media asta
pero ostentada con júbilo.
Un consuelo o un autoconsuelo:
“Yo me levanté de mi cadáver y fui en busca de quien soy”

Como el cirujano corta,
las sílabas se parten.
Carne de la escisión,
escisión de la carne.

Un pájaro vino con la cabeza vendada
una esquirla de la tercera guerra mundial
Apollinaire cantando en una jaula
Los tetradracmas de oro de Ezra Pound.

Como la liebre en el soto,
la palabra en el lenguaje.
La angustia salta el perímetro
y echa a correr por las azoteas.

*****

Elvira Hernández (Chile)

Inédito

NO ENCUENTRO LA HORMA DE MI ZAPATO
El traqueteo infernal me deja sin pies
Los empellones las sobajaduras la pisada sin querer
Tiene un nombre de silencio infinito.

NO ENCUENTRO BAILARÍN PARA LA DANZA
Hago el solo el loco la gallinita ciega
La Dama de la Triste Figura en la pantalla
Sellada por el tiempo como crisálida eterna.

NO ENCUENTRO VIENTO PARA MI MOLINO
Aire sábanas que oreen el hastío
Bajo el botadero de la Ciudad del Mañana
Las computadoras me han caducado el contrato.

NO ENCUENTRO YA AMPARAX INMEDIATO
Insostenido mi músculo intranquila mi sangre

*****

Norah Méndez (El Salvador)

San Salvador

Aquí llora o se llueve?
escampa
por ratos las cosas parecieran detenerse
bolsas negras
suelos de horchata
mojados como vinimos al mundo
empapados
expulsados desde el agua
seguimos
barrancos
ríos de polvo
hilos que se sujetan
latas
barro
la materia in/orgánica
que habitamos
hechos uno
como piedra que resiste
los refugio sin refugio
los lejos
escampamos

*****

Alejandra González (Chile)

Huella (de “La enfermedad del dolor”)

Comienza a lastimarme
por favor
hazme
cortes exactos con tu gillete

Yo
no
quiero

una vida sin cicatrices

*****

Priscila Cajales (Chile)

Lorca (de “Termitas”)

Lorca es un muchacho ciego que trabaja en una fábrica de plásticos en Av. Matta
Lorca tenía las manos verdaderamente sucias
Lorca no sabía que una mosca estaba todo el tiempo parada sobre su cabeza
La mosca está atrapada por el pelo de Lorca, la mosca está pegada a este chico
como yo
que aprovecho el movimiento
para acercarme a él y su overol
y leer donde dice su nombre: Lorca
Acercarme para olerlo, bien debajo de la axila
donde los delgados bellos disfrutan de la humedad del cuerpo de Lorca
este ciego con vista al piso, este ciego de 25 años
bello
como los chicos de Santa Rosa de recorrido hasta el paradero 6 de esta calle tan larga
él no se baja nunca
este recorrido a casa termina
cuando la calle pierde su nombre.

*****

Amanda Durán (Chile)

Naturaleza Muerta

Una casa incrustada al ojo es
un animal muerto

atrapada al lagrimal por la cañería
dibujando con sus restos: los restos

YO AMÉ en el sur de antes
a la orilla del mar de antes YO AMÉ

pero ese tiempo se tragó en la memoria
la arena que hoy dispara un juguete de niño
un labio de pescador
un labio seco de frío
que se traga al amor
y está repleto de sangre.

Hoy el mar es un volcán,
la arena es un volcán,
la tierra es un volcán,
mi madre es un volcán,
mi hijo…
yo no lo quiero volcán a mi hijo,
pero todas las madres del sur,
pero todos los hijos
embutidos al barro
son
una erupción nacional.


*****