18 de octubre de 2006

Bachelet y el trauma de 1973*


El profe Ramiro tuvo que trabajar extra y gratis la otra noche, pero fue por propia decisión. Se le ocurrió asistir a la parrillada que la junta de vecinos ofreció a sus asociados a objeto de recaudar plata para comprar regalos de Navidad a los niños del sector. No se trató sólo de una enorme parrilla cubierta por jugosa carne de vacuno y de cerdo, ya que también hubo bailongo, rifa de pollos asados y otras menudencias. A las cuatro de la madrugada comenzó el retiro de mesas y vasos, en un claro aviso de que la fiesta había terminado.

Un pequeño grupo de amigos permaneció en el patio de la sede social ‘rebajando’ las últimas botellas y dándole duro a la lengua, mientras las mujeres y los dirigentes vecinales lavaban la vajilla y ordenaban el pandemonio de papeles, sillas y botellas dispersas por doquier. En breves minutos, el profe Ramiro agarró la batuta sin que nadie se la hubiera entregado (típico de todos los docentes) y decidió coordinar una discusión que agarró vuelo justo en el momento que las mujeres que habían estado en la cocina se reincorporaban al gupo.

Hubo temas varios, desde el cahuineo local hasta la elección que se avecina en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. Por cierto, los diputados, alcaldes y concejales ocuparon también espacio de privilegio en el pelambre madrugador (o de trasnoche, como usted quiera). Para sintetizar el asunto, la frase más recurrente de todos los participantes en los distintos temas fue: ‘estamos cagados’. El profe trató de conducir la conversación por cauces de mayor nivel, pero la realidad del país, según evaluaron los contertulios, frustró tan loable intento.

Después de unos cuantos finteos y rebotes, se llegó al punto neurálgico. El tema central de la conversación fue el meneo de hombros que hizo la Presidenta con la cuestión de la ONU y el Consejo de Seguridad. La verdad es que a ninguno de los presentes le agradó la abstención. Es que por acá somos huasos a puro pelo. O sí o no…pero nada de medias tintas. El ‘Fulluca’ - después de despacharse la última de chacolí - propuso hacer una rápida votación entre los presentes, pero debió retirar su moción luego que las mujeres lo empapelaran a garabatos por tamaña ocurrencia. Por ello, no pudimos saber si era Venezuela o si era Guatemala el preferido de ese lote.

En cambio lo que sí quedó clarito como agua de vertiente fue que la abstención chilena en la ONU representaba una victoria de los gringos, tal como dijo el periodista Fernando Paulsen en un programa de la tele: “Votar por Guatemala o abstenerse, es igual un triunfo para los Estados Unidos’.

- Es que la Presidenta no quiere que le pase lo mismo que a Allende - apuntó el ‘Cuculí’, y todos lo miraron con cara de extrañeza, especialmente el profe.

- No entiendo lo que quieres decir - dijo Gabriel, otro viejo que se las trae cuando hablamos de política, pero se hace el de las chacras hasta el momento de las opiniones finales. Sin embargo, el ‘Cuculí’ estaba lanzado y no iba a entregar la pelota así como así.

- Es que… parece que resucitó la CODE….¡¡la CODE poh gancho!!...¿o ya se olvidó de ella? La CODE…la Confederación Democrática, ese contubernio que formaron los momiachos del Partido Nacional con los democristianos y los de la Izquierda Radical pa’ sacar a Allende de La Moneda. Ayer en la mañana me acordé de estas cuestiones y palabra que se me subió la mostaza cuando escuché al diputado Muñoz Barra queriendo aconsejar a la Presidenta. ¿Con qué moral este ‘iñor’ habla de democracia, justicia y latinoamericanismo? Él fue uno de los responsables directos del ‘permiso político’ otorgado por la CODE a los milicos golpistas el ’73. Miembro del ya fallecido PIR (Partido de IZQUIERDA Radical), Muñoz Barra era Vicepresidente de la Cámara de Diputados en aquella época, y alentó el acuerdo parlamentario golpista que declaró al Presidente Allende ‘fuera de la ley y la Constitución’. Chis!!...Pinochet y los gringos nunca han dejado de agradecerle. ¿Y ahora se las viene a dar de demócrata? Creerá que uno es el faraón de los desmemoriados….

A las expresiones del ‘Cuculi’ siguió un prolongado silencio. Parecía que todos estaban echando a andar la pensadora y así poder recordar los eventos acaecidos en los ya lejanos años 1972-1973. El profe Ramiro, que de joven no tiene nada, fue el primero en reaccionar tras las aseveraciones que continuaban flotando en el ambiente.

- ¿Qué diablos tiene que ver la CODE con la votación chilena en la ONU? - quiso saber don Gonzalo adelantándose a otros preguntones. “Sí, poh amigo Cuculí - apuntó el ‘Fulluca’ - eso de la CODE pasó hace más de treinta años”.

- Chuata que son ingenuos ustedes - el Cuculí sonrió con ironía. Pasó hace treinta años y está volviendo a pasar. Por eso es que doña Michelle bajó el moño y ordenó abstenerse en la ONU. Ella no quiere morir en La Moneda como murió el Chicho, no desea que los F-16 bombardeen el palacio de gobierno, ni que los mismos uniformes que asesinaron a su papá la maten a ella. ¿No cachan ustedes que acaba de surgir una CODE nueva? Vean: ahí están los momios de siempre, de la UDI y de RN, junto con algunos democristianos y un buen lote de PPD’s y radicales, todos abrazados, igual que en el ’73, haciendo arcadas contra Venezuela, contra Chávez, contra la izquierda, en fin, contra todo aquello que se oponga a Estados Unidos y a la lotería empresarial. Por supuesto que Washington le dio la bendición a esta sociedad política antidemocrática. El cowboy Bush ya debe haber dado la autorización: Si doña Michelle se pone demasiado chúcara….¡¡salen los F-16 y sanseacabó!!

- ¿No le estai poniendo mucho? - apuntó la Susanita, siempre amiga de defender a la autoridad, cualquiera sea ésta.

- Pa’ ná; fíjate por ejemplo en el parlamentario de apellido Tarud, que se dice progresista. El papá de este caballero fue asesor directo de Salvador Allende, pero el hijito salió medio momiacho. Por ahí anda amenazando a los países vecinos y es muy amigo de romper la amistad con otras naciones sudamericanas, todo ello en beneficio del gran capital que viene de cualquier parte del mundo. Chiss, la CODE ya volvió como el ave Fénix, y sus componentes políticos son esencialmente los mismos de hace treinta años.

- Entonces, si todo eso es cierto, significa que de verdad estamos hasta el cogote -reafirmó el ‘Fulluca”. Porque si al gobierno no le gustaba Venezuela como miembro del Consejo de Seguridad, debería haberlo expresado claramente, de frente, pero no aprovecharse de que había dos países en competencia y decir que La Moneda no quería meterse en un baile que mostraba divisiones entre las naciones hermanas.

- Sí, estamos realmente dando jugo - concluyó el profe Ramiro, ya entregado completamente a las evidencias. Parece que seguiremos largo tiempo con las indecisiones; y no sólo en asuntos de relaciones internacionales, sino también en importantes cuestiones internas.

- A lo mejor este gobierno es más de derecha que los otros - insistió Susanita.

- Ah, bueno, también es posible - dijo el profe. Lo sano y honesto sería reconocerlo, pero no continuar jugando con imágenes engañosas porque, como ejemplo no más, yo nunca he votado por la derecha. Y la señora Michelle se inclinó definitivamente hacia ese lado. Me parece poco serio políticamente defraudar a la gente que le dio su preferencia porque ella se mostró como persona de izquierda.

Yo había mantenido estricto silencio durante la conversación, pues deseaba enterarme directamente de las impresiones que mis amigos poseían respecto de los problemas que aquejan al país. Reconozco que pude - y tal vez debí - intervenir, mas, siempre con el propósito de dejar terreno libre a las ideas y opiniones de los asistentes, mantuve la boca cerrada. El viejo Gonzalo me sacó del ostracismo al preguntarme qué me parecía lo escuchado.

- Sólo puedo afirmar que ustedes están bien informados de lo que ocurre - respondí.

- Si no somos giles, amigazo - apuntó el ‘Cuculí - Lo único que nos falta es plata.

Esa madrugada regresé a mi casa reflexionando respecto de cuán poco conoce el mundo político a los trabajadores agrícolas y a quienes viven en localidades rurales. Estoy seguro de que muchos parlamentarios, incluyendo al gobierno y oposición, deben creer a pie juntillas en ese viejo mito clasista y prepotente que caracteriza a veleidosos citadinos cuando se refieren a los ‘huasos’, ya que la gente de campo está bien enterada de lo que ocurre en el país y en el mundo.

Quizá los campesinos que estuvieron esa noche junto a la parrillada de la junta de vecinos carezcan de toda la información necesaria para emitir un juicio certero sobre lo ocurrido en la ONU, pero al menos tienen opinión y la argumentan, algo que pocos habitantes de las grandes ciudades pueden hacer.

* Artículo publicado en www.granvalparaiso.cl, por Arturo Alejandro Muñoz, de Coltauco.